lunes, 21 de junio de 2010

Mierda de perro

Fútbol humanoide. Copa del tercer mundo pobre para el primer mundo rico. ¿Primer mundo? Sí, estoy mal, fatal, supermegachunga osea tía, humana, flaca Tousiana.
Y no, el caso es que no quiero ladrar cosas de las que pueda arrepentirme. Esto es un blog, un lugar público, púdico, educado, claro, pero qué puedo hacer si todo a mi alrededor se ha vuelto… vuelto… loco. Y vuelvo del paseo caminando hacia atrás como cangreja bicolor, chata y llena de gases.

Que no, joder, mierda, no quiero ladrar cosas de las que luego arrepentirme pero… ¿cómo? Los monos más locos son los que más mandan. Señalan a perros violentos y a toros débiles, culpables, mientras se lavan sus peludas manos llenas de sangre vieja, pegajosa.
Mal, muy mal estoy porque no entiendo nada, claro, soy una perra, sólo eso. Los monos sapiens me miran y me pisan. Los monitos gritan y no sé en qué se diferencian de las ratas, y no sé por qué siguen naciendo, por qué sus padres no paran de traerles hermanos a un mundo tan sucio como éste. Mierda que cago y no debo comer, Loquia se enfadará.

Mierda que cago y no debo comer; huele mal en la calle. Monos con corbatas fuman puros y el humo es blanco gris oscuro. Me lloran los ojos, me pican. Solo no quiere ir al Banco, es la puta casa de los ladrones, dice él, no yo, que no sé lo que es un Banco, claro. Yo espero fuera en unos escalones muy limpios que una cámara alta graba, me graba. Prohibido dormir indigentes, monos más pobres, más listos, quizás.

Fútbol humanoide y mierda de perro. Eso es lo que hay. Lo que hay.
Esto es un blog, un lugar público, púdico, educado, claro, pero yo sólo soy una perra desparasitada, no lo olviden monos, no lo olviden.

Jónsi, Go Do